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El futuro está en la nube… ¿en la nube de quién?

Fotografía EsencialBlogNo lo voy a negar, ciertos movimientos últimos no son santo de mi devoción, por no decir que no me gusta el cáliz que están tomando ciertos movimientos que, si bien podrían considerarse «moda», tienen pinta de quedarse de forma permanente o al menos, una gran parte del tiempo.

No es la primera vez que oigo esta manida frase: -«El futuro está en la nube», siempre haciendo referencia a la necesidad de ahorrar costes, deslocalizar recursos o incluso mejor aún, evitar formar a personas en asuntos tan turbios, poco serios y menos gratificantes como la administración de sistemas, gestión de servidores, recuperación de datos, redundancia, etc.

La gente que está a favor de «la nube» suelen defender esta postura cuando quieren quitarse esa máquina infernal del armario que está consumiendo 1000€ al año en electricidad por estar encendido durante 24 horas al día, soportando ruido infernal más un aire acondicionado para él solo. ¿A santo de qué deberíamos tener un servidor al que hay que vigilar, proteger, actualizar y limpiar cada pocos meses con el consiguiente gasto en tiempo, material, dinero y personal dedicado a estas labores? Por apenas unos 50€ al mes, podemos tener la misma máquina con un ancho de banda 10 ó 100 veces más rápido que en nuestras instalaciones, vigilado por cientos de sensores de temperatura, cámaras de seguridad, en una sala libre de polvo y a una temperatura de 15ºC controlan 10 veces por segundo el estado de «nuestra nube».

Hablas con cualquiera que va de entendido y dice tajantemente:  «El futuro está en la nube«,
Entonces, piensas lo que acaba de decir y preguntas: ¿en la nube de quién?

Para empezar, el término de «la nube» viene de «Cloud computing«, es decir, computación en la nube, un término acuñado por: Google, Amazon y Microsoft para referirse al alquiler de ciclos de computación, cálculo y espacio que ofrece una infraestructura distribuida en cientos de miles de sistemas en el que se ejecutan sistemas lógicos que corren distribuidos en decenas o cientos de sistemas físicos. Servicios como Amazon AWS, Google Cloud o Microsoft Azure son algunos ejemplos de sistemas «cloud». Tu no alquilas un ordenador, tu alquilas «recursos» (ciclos de procesamiento de una máquina, y ciclos de otras, memoria RAM alojada en dos sistemas más allá, espacio de disco duro de un NAS que está incluso, en otro datacenter).

No es que esté en contra de esto, de hecho me encanta las enormes posibilidades que ofrece este tipo de sistemas, pero me preocupa la «dependencia» que nos ofrecen estas empresas a cambio de quitarnos «ese servidor molesto» o de «darnos esa seguridad». Para muchas empresas hoy día, «cloud» viene a ser lo que toda la vida ha sido «servidor remoto», o incluso algo más simple: «una cuenta en un servidor remoto».

Cosa aparte es lo que ahora llaman «SAAS : Software As A Service» (Software como servicio) esto es, no eres propietario del software, ni siquiera de una licencia de uso, si no que «alquilas» el software o el servicio a cambio de estar siempre actualizado, tener un mantenimiento y disponer de todas las mejoras. ¿y si un mes no te viene bien pagar ese alquiler? ¿y si la empresa que ofrece ese SAAS tiene que cerrar o es comprada por otra a la que no le interesa ofrecer ese servicio?

Esto me recuerda al «teléfono analógico» que te alquilan las operadoras (by default) por 0,25€/mes. Algo muy barato, pero al cabo de los años, has pagado el teléfono 20 veces, pues lo mismo ocurre con el SAAS.

Ahora se ponen de moda algunos servicios «en la nube» que nos ofrecen monitorización, configuración remota, gestión del dispositivo, etc, y que nos «obligan» a darles el control de lo que hemos comprado y pagar, no solo el dispositivo, si no también un alquiler por un software de mantenimiento que luego usaremos nosotros. Seguro que más de un fabricante piensa que hablo de él, pero creedme que prácticamente todos, o lo están ofreciendo ya, o están en ello. ¿hay alternativa a este sistema? en algunos casos sí, en otros no, somos «esclavos» de su software «en la nube» hasta que ellos digan o dejemos de pagar, entonces, más nos vale cambiar de sistema hardware.

No todo es negro

Por supuesto, cualquiera que haya leído hasta aquí puede pensar que soy muy crítico con «la nube», y nada más lejos de la realidad, estoy muy a favor de las ventajas que ofrecen ciertos «servicios en la nube», pero con algunas salvedades:

– Las soluciones «SAAS» suelen ser bastante cómodas, económicas y suelen disfrutar de actualizaciones continuas, por lo que si puedes, escoge la solución en la nube, pero teniendo en cuenta que ocurriría si la empresa deja de ofrecer el servicio. Si la empresa ofrece gestión y configuración «en la nube», asegúrate de tener toda la información disponible para, en un momento dado, poderla configurar a mano.

– Evita aquellos servicios en los que almacenes información importante. Tus datos serán utilizados como «rehén» el día que quieras cambiar de empresa, no podrás descargarte tanta información y es difícil migrar el formato de un servidor a otro. ¿qué ocurre con las fotografías subidas a Facebook, Twitter, etc. si algún día queremos descargarlas todas para pasarlas a otro servidor? ¿y si queremos migrar los correos de GMail a otro servidor?

Por esta razón, utiliza la nube con responsabilidad, no todo lo que incluya la palabra «cloud» es bueno, ni seguro, ni fiable, ni más económico. Ciertos servicios «en la nube» no duran más de 5 años, por lo que después de este tiempo, dejan de funcionar dejando nuestros datos «en la estacada».

Si tienes que confiar en una nube, asegúrate de que es de una de confianza, blanca y limpia, responsable y eficaz ante cualquier situación que pueda presentarse.

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