No hay nada como empezar el curso en octubre con varios proyectos ilusionantes, y si además incluyen herramientas como Asterisk, Kamailio y una buena dosis de programación para automatizar sistemas, programación web para la gestión por parte de usuarios y datos, muchos datos, la diversión está asegurada.
Lo bueno de estos meses es que aprovechamos que comienza éste último trimestre del año para dar un empujón final y sacar tiempo para sentarse y preparar los pronósticos para el próximo curso: qué hacer, qué aprender, cómo enfocarlo y sobre todo, ¿qué sacamos de todo esto…?
Soy muy consciente que estos últimos años, la VoIP ha sufrido un gran estancamiento. Lo único que parece innovar es el mundo del WebRTC y eso cuando el 90% de los proyectos WebRTC innovadores se basan principalmente en crear servicios en los que poder hablar con otros usuarios de la misma plataforma. Salvo honrosas excepciones como Jitsi, Matrix, Janus, y algún que otro proyecto más, la VoIP que lleva la telefonía de las empresas y que engloban conceptos como SIP, un servidor de comunicaciones tipo: Asterisk/FreeSwitch/Kamailio/SEMS/etc., así como el hardware asociado (teléfonos, ATAs, Gateways, Tarjetas, etc.) tras su gran boom de hace bastantes años, ha bajado el ritmo innovador y podemos considerar que hoy día es lo estándar y estable.
Lo bueno de todo eso es que, cuando hoy día nadie parece innovar, es quizá el mejor momento de sentarse con la mente abierta, charlar con varios compañeros a los que también les gusta este mundo y dejar volar la cabeza con ideas que pueden ser realmente innovadoras en este mundo que parece avanzar seguro siempre que haya alguien que lo haga primero.
Siempre he defendido que uno de los mejores sitios para abrir la mente han sido los eventos y después de varios años, aunque la KamailioWorld 2022 ha sido online, por fin parece que empiezan a ser presenciales, por lo que espero que podamos coincidir en algunos como Fosdem, JanusCon, Astricon, ClueCon, etc.
La innovación aparece cuando nadie la espera, aparece tras una profunda reflexión en la que queremos rehacer algo completamente de cero y no basarnos en algo que ya exista, plantear otros enfoques distintos, otros planteamientos diferentes un -«¿y si probamos a hacerlo de esta otra manera?» o bien un -«¿y cómo lo haríamos en la mitad de [tiempo|dinero|esfuerzo|…]?»
Sin duda, es un enorme ejercicio, porque implica rehacerlo todo, repensar nuevamente aquello que ya habíamos pensado y sobre todo, algo que causa miedo y pesadillas por igual: volver a invertir el tiempo en hacer algo que ya habíamos hecho.
La recompensa seguramente merecerá la pena, pero ¿quién está dispuesto a empezar de cero? de ahí que la innovación sea tan deseada y tan difícil de conseguir. 😉