Microsoft acaba de solicitar el alta en la CNMC como operador de telecomunicaciones en España a raíz de la apertura de un expediente sancionador por ofrecer servicios de llamadas sin este trámite burocrático.
Son muchas las empresas que se ofrecen como intermediarios de llamadas ofreciendo servidores y servicios de llamadas a sus clientes y cuando esto se hace, se adquieren derechos y obligaciones pertenecientes al ámbito de las telecomunicaciones con lo que la empresa está obligada a inscribirse dentro del listado de operadores de la entidad que regula este servicio en cada país.
Skype, al igual que Google y muchas otras, ofrecen la posibilidad de hacer llamadas a números de teléfono y cobrar por ello (aunque el servicio se traslade a otros operadores nacionales o internacionales), por esa razón están obligadas a inscribirse como operador de telecomunicaciones en la CNMC y cumplir una serie de requisitos técnicos y burocráticos mínimos para poder dar el servicio con seguridad y fiabilidad para sus clientes.
Hace varios años, en una conversación informal con uno de los responsables de Skype en España durante el evento STARVOZ CAFÉ que ofrecía VOZ.com, me explicaba acerca de la misión-visión que «el nuevo Skype4Business» tenía para las empresas en España y que consistía en gestionar las comunicaciones internas de la empresa a través de su aplicativo pero permitiendo conectar un sistema de centralitas virtuales en la nube propiedad de Microsoft para gestionar tanto llamadas salientes como entrantes, lo que les había obligado a darse de alta como operador en EEUU y próximamente en otros países. Lo curioso es que para España no tenía fecha aproximada, por lo que daba a entender que el servicio se ofrecería desde EEUU. No obstante, si el servicio se ofrece en España, es obligatorio estar dado de alta como operador en la CNMC.
Es lógico que al final Skype quiera competir en el mercado de las telecomunicaciones aprovechando su infraestructura software y hardware desplegada por todo el mundo, pero para ello debe formalizar esos «derechos y deberes» que toda empresa que ofrece un servicio debe cumplir.