El FAX (cuyo nombre es una abreviación de facsímil), se inventó en 1843 y permitía enviar de forma telemática un documento escaneando línea a línea y transmitiendo los puntos que forman cada línea vía telefónica. Desde entonces hasta ahora, el fax ha sufrido muchas y distintas evoluciones: aumento de la velocidad de transmisión, soporte de corrección de errores, e incluso la posibilidad de enviar fax a color, siendo esto último casi una características inútil y desconocida para los millones de usuarios que utilizan este sistema para transmitir documentos. Casi doscientos años después (172 años para ser exactos), millones de usuarios siguen utilizando este sistema para enviar documentos escaneados, procesados, comprimidos y enviados línea a línea, utilizando la red telefónica.
Hoy día tenemos todos los documentos en archivos de ordenador (pdf, doc, odt, rtf, html, etc…) que incluyen fotografías, hojas de cálculo, cientos de hojas, e incluso vídeo incrustados,… incluyen texto que utilizan fuentes vectorizadas que permiten ampliar su tamaño sin que la calidad se vea perjudicada, e incluso pueden incluir enlaces a otros recursos y documentos disponibles, permitiendo completar la información que almacenan.
Tenemos email, redes sociales, almacenamiento en la nube, sistemas de mensajería compatible con ordenadores, móviles y tablets, etc… todo de forma completamente cifrada, personal y segura, con capacidad de gestión, ordenación, clasificación, búsqueda,… documentos que permiten ser modificados en grupo, personalizados, protegidos con contraseña, que expiran con el tiempo e incluso que prohíben ser modificados o leídos a partir de una fecha o desde un equipo no autorizado, … podemos firmar digitalmente estos documentos para mostrar su validez, con un sistema un millón de veces más seguro que la firma manuscrita.
Hay cientos de formas de enviar un documento, una imagen, una foto, un vídeo…
No obstante, tu cliente quiere enviar un fax…
El fax es ese sistema que no quiere morir, que se resiste a desaparecer. Pese a que el 90% de los documentos los tenemos de forma digital, en archivos, pese a que el 95% de los usuarios con los que tenemos contacto a diario tienen una dirección de correo electrónico, whatsapp o similar y pese a que podemos enviar fotos a través del móvil en menos de 5 segundos a cualquier conocido… seguimos utilizando el fax para enviar un documento, pero no uno cualquiera. Un fax no es utilizado cuando queremos enviar un folleto de 20 o más páginas, tampoco se utiliza para enviar una tarjeta de visita o algo con anotaciones.
¿Cual es el secreto para resistir a la muerte?
-«Principalmente el miedo a encontrar un cliente que te pida que le envíes algo por fax. ¿y si abandonamos el fax y mi cliente me pide que le envíe algo por fax? Podría convencerle de que se lo envío por email, por whatsapp o incluso por facebook! pero si no tiene email, whatsapp ni facebook, podría perder un cliente por no tener un fax.»
Desde las instituciones, tampoco se ayuda en absoluto a eliminar este sistema ya que para algunos casos, la burocracia (que nunca ha sido precisamente moderna), requiere que enviemos un «burofax» (un fax con confirmación de recepción).
Podemos utilizar un servicio de Fax2Email que convierta todo fax entrante en un mensaje de email, y proporcionándonos una dirección de email que, todo lo que reciba, lo convierta y lo envíe por fax. De esta manera, nos evitamos tener una máquina que convierte papel reciclado en documentos impresos. Prácticamente cualquier operador IP puede ofrecerte este servicio por un coste mínimo (bastante más económico que lo que gastamos en electricidad, papel y tinta para mantener nuestra máquina de fax).
La telefonía tradicional ha sido un aliado para este sistema que siempre ha utilizado las línea analógicas para enviar documentos, no obstante la VoIP, al contrario, siempre ha considerado el fax como un enemigo, algo que, lejos de estar obsoleto (estuvo obsoleto hace 20 años, ahora ya es algo arcaico) sigue estando presente y por desgracia, se siguen desarrollando sistemas y productos que ayuden a compatibilizar el fax con la VoIP.
El problema es, que la VoIP significa Voz sobre IP (Voz) -no datos- sobre redes IP: una red en la que viajan distintos tipos de datos, a diferentes velocidades y de diferente tamaño, lo que implican cortes, microcortes, latencias, jitter, etc. por lo que, si enviamos un fax a través de una red IP y se produce un microcorte, este afecta a toda la página cortando la recepción (en el mejor de los casos).
Para enviar y recibir faxes a través de una red IP como si de una llamada de audio se tratase, se utiliza un protocolo llamado T.30 y cuya especificación puedes leer en este documento. (Protocolo T.30 especificación)
El problema de este sistema es el que hablamos: no está preparado para cortes ni micro-cortes en el mejor de los casos. ¿qué hacemos entonces?
Podemos utilizar otro protocolo para faxes llamado T.38, este sí orientado a enviar y recibir faxes utilizando redes IP, preparado para cortes y microcortes, además de sobrevivir a latencias y jitter cuya especificación puedes leer en este documento. (Protocolo T.38 especificación)
¿Por qué entonces no utilizamos todos T.38 para enviar Faxes?
Básicamente por que, pese a que es un estándar público, la implementación del T.38 varía entre los distintos fabricantes, de forma que el fax enviado mediante T.38 a través de un dispositivo de un fabricante, no es el mismo que el enviado a través de otro fabricante. Por esta razón, hay operadores que optan por un fabricante y cuya implementación del T.38 lo hacen incompatible con los equipos de sus clientes.
En el caso de utilizar sistemas Asterisk o Elastix se disponen de varias implementaciones diferentes:
- A) Una implementación opensource del T.38 que incluye Asterisk (en versiones Asterisk 11 o superior)
- B) Una implementación propietaria, comercializada por Digium llamada Fax4Asterisk (Fax for Asterisk)
La primera opción viene de serie con Asterisk 11 o superior, y permite enviar y recibir faxes utilizando T.38. Esto es: Convierte nuestro Asterisk en una máquina de fax que puede hacer o recibir faxes. Para ello, disponemos de dos aplicaciones de dialplan: SendFax y ReceiveFax que podemos utilizar.
La segunda opción hay que adquirirla a través de Digium o sus distribuidores y tiene como ventaja que la «pila» utilizada para crearla, ha sido creada por otra empresa especializada en faxes, lo que lo hace algo más testeada.
De igual manera, tenemos también las dos aplicaciones de Dialplan: SendFax y ReceiveFax que utilizaremos para enviar o recibir faxes.
¿Cómo configuramos un Asterisk o Elastix que tiene un gateway analógico conectado a una máquina de fax y a un operador que soporta T.38?
Necesitaremos que Asterisk haga de Gateway de T.38, para lo cual hay que modificar el dialplan para cambiar el siguiente valor: FAXOPT(gateway)=yes
De esta manera, Asterisk se comportará como un gateway T.38 y actuará entre el operador IP y el gateway para reenviar faxes de un lado para el otro.
exten => 1,1,NoOp() exten => 1,n,Set(FAXOPT(gateway)=yes) exten => 1,n,Dial(SIP/GATEWAYdelFAX,20)
Los gateways, centralitas y demás dispositivos VoIP suelen disponer de la opción «T.30 ó T.38», esa opción suele ser excluyente e incompatible entre sí, de manera que si nuestro operador trabaja en T.30, no podemos configurarle T.38 ni viceversa.
La cosa se complica cuando hay operadores que soportan T.38 pero tras un par de pruebas, los faxes no llegan. Entonces es el momento de comprobar, mediante logs, qué ocurre.
Para ello, debemos editar el archivo /etc/asterisk/logger.conf, buscar la línea dedicada a la «consola», añadir la opción ‘fax’. De esta manera podremos visualizar los detalles del envío o recepción del fax. Lo que veremos en la consola quizá no quede muy claro si no estamos acostumbrados a este tipo de mensajes, pero si ocurre algún error, podremos verlo y descubrir por qué ocurre.
Demasiado complicado ¿no hay algo más sencillo?
Mucho me temo que no, el Fax goza de ser una herramienta lo suficientemente utilizada como para que muchas empresas se empeñen en mantenerla con vida, pero lo suficientemente abandonada como para investigar nuevas formas de facilitar el uso, simplificar el sistema o hacerlo algo más cómodo.
Lo más sencillo es, sin duda, abandonarlo de forma definitiva. Utilizar el email, los almacenes de archivos en la nube, o cualquier otro sistema alternativo. Pero si aún así no queréis o no podéis abandonarlo, quizá contratando un servicio de recepción de fax a EMail en vuestro operador IP de confianza.
Utilizar un servicio «Fax Virtual» basado en IAXModem e Hylafax puede parecer una solución fácil y rápida, pero sólo lo es si utilizamos tarjetas de comunicaciones. Al contrario de lo que os puede parecer, es una fuente de problemas si utilizamos un operador IP o gateways SIP para comunicarnos con la red telefónica.
Sea como sea, el fax debe morir.