En estos momentos de crisis en los que se mira hasta el último céntimo de euro para ahorrar costes, en que los presupuestos están más medidos que nunca y buscan gastar lo mínimo imprescindible, parece que tras varios años empiezan a recortar gastos en cosas que hasta hace poco parecía evidente que eran símbolo de ostentación (25 coches oficiales de lujo para una ciudad con apenas 50.000 habitantes [ref.], viajes y vacaciones personales a costa del dinero público [ref.], y un largo etcétera), ha acabado con la paciencia de muchos cuando además empiezan a imponerse recortes a los más desfavorecidos.
Todos aquellos que conocemos a la administración pública sabemos que no siempre se mira el dinero, se busca siempre «lo mejor», «lo más rápido», «lo más cómodo» pero pocas veces lo «más económico» si esto implica que no sea algo de lo anterior (mejor, rápido o cómodo). Cierto es que en todos los concursos públicos se busca el menor coste, pero casi siempre se plantea el menor coste en implantación, nunca en desembolso a medio y largo plazo, por este motivo encontramos a organismos con caros sistemas de comunicaciones que en su día ganaron un concurso público por ser el que menor coste de implantación tenía en un principio, pero a medida que pasan los meses, los costes de «mantenimiento» empiezan a aumentar y los encargados de organizar el concurso público terminan adquiriendo un sistema muy caro, con un gran coste de mantenimiento y con servicios que apenas utilizan. (es fácil poner un precio ultra-bajo a algo caro, siempre y cuando luego haya una firma de compromiso de mantenimiento que compense las pérdidas iniciales). Ante esto, cualquier responsable puede decir en su defensa que «él no es un entendido de esto, y no sabía que iba a costar tanto» o incluso suponer erróneamente que «si lo más barato, resulta al final lo más caro, imagínate si hubieran escogido otros cuyo coste de implantación hubiera sido más alto».
Muchas universidades ya han empezado a utilizar VoIP, no únicamente por el ahorro de costes a medio y largo plazo, si no por los servicios que ofrece, frente a otros sistemas más rígidos y caros. Utilizar proveedores de VoIP para realizar llamadas salientes es siempre una elección acertada, frente a las «tarifas planas» que las empresas de telecomunicaciones ofrecen temporalmente (ya avisaron desde «el gran operador» que esto de la tarifa plana se iba a acabar tarde o temprano) y como siempre, esperaremos hasta el último momento para «cambiar».
Hablando con un compañero que trabaja en un Ayuntamiento, nos comentó un caso de éxito en el que habían utilizado las líneas RDSI única y exclusivamente para las llamadas entrantes, mientras que para las salientes utilizaban dos proveedores SIP (ahorro mensual en el número de líneas, altas, cuotas, tarifas especiales, etc.) y para las sedes utilizaban pequeños gateways analógicos que actuaban como usuarios remotos del servidor principal situado en el departamento de informática. Cuatro TRACs para los móviles «internos» y otros cuatro TRACs RDSI para llamadas a móviles externos. Terminales SIP en aquellos puestos que no requieran de ordenador y softphones BRIA con mensajería XMMP para puestos documentales y que sí requieren de un ordenador.
En puestos como Policía, Bomberos, Servicios sociales, etc, un pequeño Gateway SIP de uno o dos puertos conectado a la centralita ya existente desde hace varios años, permite la comunicación entre el Ayuntamiento y los distintos edificios para casos puntuales en los que hacen falta cierta comunicación.
Cuando le pregunté porqué no utilizan las tarifas planas que ofrecen las operadoras, el comentario fue de lo más oportuno. -«…para tener tarifas planas de números fijos nacionales, exigen tener la conexión a Internet y el teléfono contratado con la misma empresa, de esta manera, podemos cambiar de compañía siempre y cuando nos ofrezcan una tarifa mejor y no estar «enganchado», esto nos da libertad y al no poder «engancharte» con permanencias, te ofrecen mejores ofertas que nos permite cambiar en cualquier momento.»
No todos los organismos públicos son tan cuidadosos en reducir su facturación en algo «tan tonto» como son las comunicaciones, pero cuando aparece en la prensa que el ayuntamiento de una ciudad de 8.000 habitantes, gasta al año 80.000€ en llamadas a móviles, uno se puede llegar a escandalizar un poco.
Be VoIP my friend! 🙂