Cuantos de nosotros hemos tenido que hacer un viaje para estar en el lugar de destino unas horas (por no decir unos minutos) y luego emprender el viaje de regreso al hogar. En lugar de eso, hoy día existe el teléfono móvil y si la reunión es más formal, existe la videoconferencia que, además de quedar muy bonito, tiene la ventaja de poder disponer de tus propios recursos (ordenadores, personas y documentos a unos metros).
Pues eso mismo han empezado a hacer en un juzgado de Teruel para evitar que un acusado de estafa tuviera que viajar de Alicante a Teruel para declarar. Este juzgado ha utilizado un sistema de videoconferencia para tomar declaración en remoto del detenido sin necesidad de gastar dinero en viajes, alojamiento, dietas, etc. en resumen… todo beneficios.
Hoy día disponemos de herramientas de sobra para realizar videoconferencias, pero quizá nos falte la más importante: la voluntad y es que hoy día, por muy «modernos» y «tecnológicos» que digamos ser, en el fondo continuamos siendo unos antiguos que prefieren hacer las cosas como siempre se ha hecho y preferimos seguir asombrándonos cuando aparecen en las noticias que Japón (uno de los países más tradicionales, conservadores y arraigados a unas costumbres de más de 1.000 años) utilizan la videoconferencia en los colegios para que los niños puedan asistir a clase si no pueden salir de casa por enfermedad, o en Holanda, Alemania, Canadá la mayoría de los trabajadores cuyo puesto de trabajo no requiere presencia física, tele-trabajan sin que nadie se lleve las manos a la cabeza.
¿Alguna vez habéis hecho una reunión de negocios por videoconferencia? ¿Qué ventajas o desventajas creéis que tiene?